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| Foto: Archivo |
“Quien cumple la voluntad de Dios no puede ser
bachaquero, contrabandista o narcotraficante, eso es ir en contra de la
voluntad de Dios”. El pronunciamiento lo hizo monseñor Mario del
Valle Moronta Rodríguez, obispo de la Diócesis de San Cristóbal,
durante la celebración de la fiesta patronal en la parroquia Nuestra
Señora de los Ángeles, en La Grita, al expresar repudio por esos
“gestos” que realizan muchos ciudadanos, en perjuicio del pueblo
venezolano.
El prelado exhortó a los fieles a ser “el reflejo del rostro de Cristo y de la Virgen María. Todos nosotros tenemos que ser el rostro de Jesucristo y de la Virgen María, y tiene que llevarnos a tomar decisiones
muy claras, conociendo la Palabra de Dios. Quien cumple la voluntad de
Dios hace el bien a los demás. En estos quince años, en el Táchira nadie
ha llegado a confesarse de contrabandear gasolina, y eso es un pecado,
porque es robarles a los ciudadanos lo que les pertenece, sea quien
sea”-dijo-.
Monseñor Moronta presidió la misa, acompañado de monseñor Alfonso Márquez, obispo emérito de la Arquidiócesis de Mérida, de los sacerdotes de la zona y fieles de esta comunidad parroquial.
En
la homilía, explicó la belleza del rostro de la Virgen María y de su
hijo Jesús, que está reflejado en el Cristo del rostro sereno. “Si
ustedes se fijan en la imagen, que es un ícono, vamos a ver en Él cierta
sonrisa, es el mismo rostro de la Virgen María, ciertamente los rasgos
de la Virgen María debieron de manifestarse en el rostro de Jesús, pero no se
trata del rasgo humano en el que yo quisiera presentar esta reflexión,
sino más bien el rostro de quien cumple la voluntad de Dios; el rostro
de Jesús es el mismo rostro de María, en definitiva es el rostro de
quien cumple con su vida, la voluntad de Dios”.
En su reflexión, insistió en que “la voluntad de Dios es que todos los seres humanos
se salven, todos los acontecimientos de nuestra vida nos permiten ver,
comprender y aceptar la voluntad de Dios, que quiere que todos nos
salvemos, y esa voluntad en cuento nos permite conducirnos en el camino
de la salvación, y es más importante que la voluntad de los hombres. Y
por eso hay mucha gente que se aleja de Dios, porque no acepta en su
vida la acción de Dios; la voluntad de Dios es también que haya vida
nueva en todos”-indicó-.
Fuente: La Nación 2/08/2014
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