San Cristóbal, 05 de agosto de 2013 (Prensa ORIC).- Devoción, milagros, sonrisas, aire puro, compartir, montañas, ganado a la vera del camino y cansancio, son las expresiones de los peregrinos al tercer día de su transitar por las rutas que llevan al Santo Cristo de La Grita.
Los caminantes coincidieron en manifestar que este año la organización se notó con amplía mejoría, en comparación con años anteriores, gracias al trabajo conjunto de la Diócesis de San Cristóbal, la empresa privada y el Gobierno Bolivariano del Táchira.
Adrián Bolaños, arrancó con un grupo de 43 personas desde el Club La Castellana, fraccionada en dos etapas: desde San Cristóbal hasta el páramo El Zumbador y luego a las 7 de la mañana del siguiente día, hasta La Grita.
“Agradezco al Santo Cristo por todas las cosas buenas y el perdón por las malas, las cuales se abrigan a veces en el pensamiento y en las acciones de los seres humanos”.
Dijo estar contento por la atención recibida a cada minuto pues al grupo que le acompañó no le faltaron alimentos y bebidas en momentos cuando sintieron que no podían caminar más.
“Mi mensaje es que lo hagan, que se preparen físicamente, piernas, pulmones y fe, pues vale la pena llegar”.
Yesica Molina desde hace dos años sube por las montañas tachirenses para agradecer al Cristo Milagroso por los favores recibidos; es devota desde muy pequeña y aseguró que el primer milagro fue a raíz de una enfermedad en la piel, su mamá ofreció la promesa, la llevó al templo y se curó.
Dijo que hay más seguridad este año que el anterior e invitó a los peregrinos a disfrutar del paisaje y del milagro que sólo significa llegar, para que sigan profesando aun más la fe en el Señor.
Efraín Mogollón salió del Centro Comercial El Tamá en San Cristóbal, junto con 70 ciclistas incluyendo a su novia y su hijo en una actividad de fe, compañerismo y familiar.
“Nos llenó de emoción porque cada detalle de la logística estuvo bien planificada, sólo recomiendo descongestionar El Zumbador por las trancas que se forman, pero sin duda, este año estuvo mejor la logística”.
María Ramona Parra tiene 15 años organizando el acto al Santísimo y apuntó que la experiencia es inolvidable, “es como sentirse parte del Señor, un familiar, un amigo, un hijo, aunque no se aguanta caminar tanto pero con la devoción, a donde la lleve Dios, ahí estará con él”.
Con toda su familia, Maritza Vivas partió el domingo a las 7:30 de la noche y llegó a la 1:30 de la tarde del lunes 5 de agosto; fueron 18 horas de recorrido, en los cuales no tuvieron mayores percances.
“Protección Civil estuvo atento a lo largo del camino y eso nos dio fortalezas porque nos llenó de seguridad, nunca nos faltó la hidratación ni la alimentación”.
Desde Rubio hasta La Grita, 30 años tiene Raúl Márquez vendiendo las estampitas, los llaveros, el rosario y las promesas, cree fervientemente en los milagros del Santo Cristo, recomienda seguirlo con fe y mencionó que el Gobierno Regional lo dejó trabajar tranquilo, algo que no ocurrió en ediciones anteriores.
Jesús Mora, tiene 42 años visitando desde pequeño la Basílica, le dio gracias a Dios por la hermandad que hay y destacó el esmero de las autoridades para tener a La Grita limpia y atendida durante estas fechas sagradas.
José Cárdenas, llegó a la capital del municipio Jáuregui proveniente de Guanare. Explicó que el peregrinaje lo inició hace 30 años cuando estuvo enfermo. “Gracias a él, en la vida me ha ido bien y estaré con él hasta que me tenga vivo”, añadió. FIN/ Laura Escalante. Fotos: Antherson Márquez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario