Así lo anunció monseñor Mario Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, en la misa de los 403 años de la aparición del Santo Cristo de La Grita, quien además informó que se elaborará una réplica de la imagen del Santo Cristo para que esta devoción sea conocida por más personas en todo el territorio nacional y América Latina.
Invitó a todos los Grítenses que viven en las diferentes partes del país, a sumarse a esta iniciativa en conjunto con las autoridades nacionales, regionales, locales y la Diócesis para coordinar esta actividad que iniciará el próximo año.
Construcción del Santuario
También informó que la construcción del Santuario del Santo Cristo de La Grita sigue avanzando, y que a finales de este año estará terminada la obra. De igual manera exhortó a todos los presentes a cuidar las instalaciones del Santuario que ha sido construido en honor al Santo Patrono el cual debe ser visitado durante todo el año.
Por segundo año consecutivo el Santuario en construcción del Santo Cristo de La Grita, albergó a la multitud de devotos para la celebración de la Misa Pontifical. El Obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, acompañado del Obispo de Margarita, monseñor Jorge Quintero, presidieron la eucaristía acompañados de los sacerdotes y los fieles laicos.
Homilia del Obispo
“Desde hace muchos años, cuales peregrinos de Jesús, acudimos a este monte de Transfiguración de La Grita, ciudad santuario de Venezuela, para volver a tener la experiencia de fe cristiana parecida a la de aquellos discípulos del Buen Maestro. Lo hacemos con nuestra fe y decisión de profundizar en el amor de Dios. No venimos como simples turistas o por curiosidad. Tampoco lo hacemos por llenar una fórmula… Lo hacemos porque somos gente de fe”, expresó monseñor Moronta en su homilía.
Refiriéndose a la imagen del Santo Cristo de La Grita, que cumple 403 años de su aparición, señaló el Obispo que al visitar el Santuario “nos conseguimos con el rostro sereno de quien ha cumplido la misión recibida y ha entregado en las manos del Padre su vida por la salvación de la humanidad”.
Ante esta imagen de Santo Cristo el Obispo invitó a dar testimonio, para ello se pregunto: “¿Cómo dar ese testimonio?, Pablo, el Apóstol, nos lo indica: es necesario que tengamos los mismos sentimientos de Jesucristo. Estos no son los del mundo, sino los de Dios. Esos sentimientos, acompañados por la fuerza del Espíritu de Dios, van a hacer que podamos actuar en su nombre y así alentar a otros tantos a que le sigan y se conviertan en discípulos capaces de identificarse con Él”
De igual manera reprobó el anti testimonio de sacerdotes, religiosas, y laicos que distraen del camino de la Verdad. “Esta mala conducta –dijo monseñor Moronta- lamentablemente incluye el mal ejemplo que puedan dar algunos sacerdotes con sus acciones contrarias a la moral y al evangelio, el olvido de los principios y de los mandamientos de no pocos creyentes, la violencia de quienes causan desazón en nuestras familias y comunidades, el abuso de quienes se creen más que los demás y por eso se dedican al sicariato y al cobro de vacunas, la sinvergüenzura de los que se dedican al contrabando de gasolina y de bienes necesarios para la vida familiar, la inescrupulosidad de quienes se dedican a prestar con intereses de usura, la maldad de quienes se dedican al comercio de muerte de con la droga y la prostitución, la mediocridad de quienes pretenden hacer de las “rumbas” algo natural y lo que hacen es ofender a la seguridad y moral públicas… Todos ellos y otros que se dedican también a vivir en el mal están llamados a la conversión radical”.
Finalmente en su reflexión invitó a homenajear al Santo Cristo con nuestro testimonio de justicia, paz y amor. “Hoy, nos hacemos eco de esa convocatoria para seguir anunciando en La Grita, el Táchira y Venezuela que Él es el Señor de la Historia, nuestro gran liberador y salvador, la razón de ser de nuestra vida. El nos ha convertido en hombres nuevos, en mujeres nuevas. Con esta realidad nos convertimos en sus testigos. Por eso, el mejor homenaje que podemos y debemos dar al protector de estos Andes venezolanos y de toda nuestra nación es el de un testimonio con el cual construyamos su Reino de Justicia, de Paz y de amor”.
El Obispo de San Cristóbal ante la imagen del Santo Cristo presentó a un niño recién nacido, en él representados todos los niños de la humanidad. Y como símbolo de vida al final de la eucaristía impartió la eucaristía, trazando la señal de la cruz con una pequeña niña entre sus manos, para bendecir todas las familias.
Finalizada la misa, la imagen fue llevada en procesión por las calles del municipio Jáuregui, recibiendo los honores, veneración, y compañía de miles de fieles agolpados en las calles manifestando fervientemente su fe. Fotos: Federico Sánchez y Dulce Cárdenas.
Noticia redactada con información de Prensa Diócesis
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