lunes, 5 de agosto de 2013

Hace 437 años fue la fundación de La Grita




Foto: Griteña 97.3fm

Hoy celebran los gritenses 437 años de la fundación de la ‘Ciudad del Espíritu Santo’, capital del municipio Jáuregui. Aunque fue refundada “un día de Lázaro” -antes de Semana Santa-, de 1576, por el español Francisco de Cáceres, por ser época vacacional y que el seis de agosto es el día del Santo Cristo, patrono del Táchira, el día de La Grita se celebra el cinco de agosto.

Néstor Melani Orozco, cronista de Jáuregui, pintor, poeta, dramaturgo, y quien a petición del expresidente Hugo Chávez, realizó el escudo nacional para anexarlo al tricolor nacional que abriga los restos del Libertador Simón Bolívar en el Panteón Nacional, cuenta la historia cultural de su pueblo, siempre invocando “la necesidad de un compromiso de defender la ciudad, cuna de la ilustración del Táchira”, aclarando por qué, si el día del patrono es el 14 de marzo, este se celebra el seis de agosto.

Foto: Los viajes de monte negro.

“Fue el catorce de agosto de 1610, tras un terremoto que destruyó los espacios arquitectónicos de la ciudad y los frailes franciscanos emigraron a la abadía de Tadea, cuando el franciscano escultor que prometió elaborar un crucifijo para que protegiera a la ciudad de los temblores, no podía realizar el rostro del Cristo, se durmió ante la escultura y al amanecer, habiendo soñado con ángeles esculpiéndolo, la escultura tenía el rostro del Cristo sereno, la obra escultórica barroca más importante del territorio venezolano, esencia de la cultura del Cuzco con albores de las escuelas sevillanas”.

—Celebramos el seis de agosto el día del Santo Cristo de los Milagros de La Grita, porque fue cuando monseñor Jesús Manuel Jáuregui recibió la parroquia del Espíritu Santo, en 1881, día de la Transfiguración del Señor, y mandó a bajar la imagen desde la capilla del convento hasta la iglesia matriz del Espíritu Santo, declarando al crucifijo como vigilia de la ciudad. Por eso, cada seis de agosto, en romería, los gritenses, peregrinos, devotos, caminan por las calles de la ciudad, implorando perdones, milagros y peticiones al Cristo, cuya escultura es la más hermosa de la cultura colonial andina, comparada con el Señor de los Milagros de Lima, Perú, y el Cristo del Humilladero de Pamplona, Colombia.

De allí que paralelo a cuatro siglos de fe y amor -dice-, por los cuales hoy tiene su santuario en Llano de Cura, relata que de la ciudad de los Humogrías, originarios de la cultura cuica, fue refundada en el Llano de la Santa Cruz, entre misioneros y nativos, en cuyos lemas de guerra invocaban la devoción a la trinidad, por lo que fue nombrada ‘Ciudad del Espíritu Santo’.

De hecho, dicen que el historiado Ramón J. Velásquez la describe como “la única ciudad que nació siendo ciudad”. La conocen además como ‘Ciudad Honrada e Hidalga’, y ‘Atenas del Táchira’.

Indica el cronista que La Grita fue capital política de los Andes, ciudadela militar entre las rutas de Pamplona, la nueva, y Mérida, centro de evangelización en el convento de Santa Clara, raíz de la ilustración andina desde la fe católica y romana y el sentimiento de ilustración. Francisco de Orellana fundó ahí la primera Escuela de Pintura y Artes de Venezuela.

La ciudad fue centro de comercio en 1779, raíz del movimiento Comunero de los Andes; ahí vivió en la clandestinidad Antonio Nariño, quien se disfrazaba de monje para protegerse de los enemigos españoles y tradujo del francés “Los Derechos del hombre”,, gloria de América; recibió a Simón Bolívar en 1813, en su Campaña Admirable. En 1945, Ferdinand Bellermann, botánico alemán, describe las fuentes arqueológicas de la Quinta.

Melani Orozco, manifiesta con orgullo que, a 437 años de fundada, La Grita es “toda una esencia de valores, de paisanos, de hermandad, agricultores, maestros, estudiantes, poetas, artistas, profesionales, el emporio de la cultura tachirense. Monseñor Jáuregui, en el colegio seminario del Sagrado Corazón de Jesús, formó una generación de valores, entre ellos el general Eleazar López Contreras, Emilio Constantino Guerrero, Rogelio Illaramendi, Vicente Dávila, Fidel Orozco, entre muchos. A raíz de esta ilustración, los gritenses agradecidos, mandaron a realizar a Florencia, Italia, un monumento a su fe y labor cultural, y en 1914 la poetisa de los Andes, Isaura, le dio el sobrenombre de “La Atenas del Táchira”, comparándola con la ciudad de Cuenca de Ecuador y de Mérida”.

El historiador dice que la Revolución Liberal Restauradora cruzó sus caminos en La Grita, donde en 1830, vio a Sucre en la emancipación por la defensa de la Gran Colombia; albergó dos catedrales: la basílica del Espíritu Santo, reconstruida por el padre Jáuregui en 1887-90-, bajo planos de san Juan Bosco; y la iglesia del convento de Santa Clara,  de estilo neogótico, por la labor del reverendo José Teodosio Sandoval, y Nuestra Señora de los Ángeles.

En La Grita tiene su sede el Liceo Militar Jáuregui, donde están los sentimientos nacionales de un siglo; además, el Seminario Eudista Francés y el Colegio Santa Rosa de Lima; es la ciudad de los museos, potencial para lo religioso y el turismo ecológico y de montaña.

cronista destaca el patrimonio histórico de La grita, como La Casa del Balcón, donde pernoctó cinco veces el Libertador en su Campaña Admirable, declarada patrimonio cultural de Venezuela por el presidente Nicolás Maduro, al conmemorarse los 200 años del paso de Bolívar por La Grita.

La Grita, cuna de importantes valores nacionales, políticos, religiosos, educadores, artistas juristas, médicos, militares, poetas, músicos, pintores, recibe en su plaza mayor una escultura de Simón Bolívar, del artista Alí Moncada.

—  En esta tierra del arquitecto Fruto Vivas, en 1916, el poeta Udón Pérez compuso el himno del estado Zulia; es tierra también del pintor continental Hugo Baptista, del padre del Derecho Internacional, Emilio Constantino Guerrero; de Pepe Melani, pintor  y músico; del cuentista Antonio Quintero García, y del escritor Hugo Colmenares.

Exalta entre otras instituciones que allí se establecieron, destacan la Orquesta Nacional Juvenil, la Escuela de Música Santa Cecilia, sus agrupaciones culturales, la Casa de la Cultura “Pepe Melani”, sus agrupaciones teatrales, desde Telira hasta la Danza de Ramona Mansilla.

437 años de historia y necesidades

El cronista reconoce que, a sus 437 años, La Grita tiene necesidades, como mayor expansión vial, la sede del Conservatorio para la música, la Gran biblioteca del pueblo, la escuela de Ajedrez, un mercado de mayor cobertura y espacios, un terminal de pasajeros.

Y para esos logro, amerita también la “voluntad de sus hijos, para que su arquitectura antigua sea protegida, desde el viejo teatro “Gandica”, hasta  sus alamedas y casonas coloniales. Asimismo, que le devuelvan su “Acta de adhesión a la Independencia de Venezuela, en 1810, la defensa del archivo histórico, la mejora de sus valores y la defensa ecológica de sus lagunas preglaciares y su legado arqueológico. —  Porque por ignorancia ha perdido mucho de su patrimonio que, si existiera, fuera hoy la ciudad andina más valiosa en los testamentos y legados de una identidad. No obstante, La Grita es fuente de la diversidad cultural, sus comercios, su apoyo a la evolución material, su estado agrícola, es la presencia de una fuente económica; su educación es importante legado a la nueva generación, y su cultura el abrir a los sentimientos de la música con la portentosa Orquesta Nacional Juvenil y cada uno de los valores al hacer de las cultura.
Fuente: La Nación.

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